lunes, 10 de mayo de 2010

INVASION EXTRATERRESTRE

Era un día como los demás en la Capital del Turismo, un día normal diría un taxista amigo, pero se sabe que todos los días pasan cosas, esas cosas que a uno le llaman la atención, entonces ESA COSA, me llamo poderosamente la atención, después supe que eran muchos, nos invadían.
Me percate de su aparición, cuando ya era tarde (como siempre), cuando ya nos habían dominado, cuando su llegada estaba a la vista de todos, como si no tuviesen miedo, como si nos estuvieran invadiendo; todo esto es lógico, de lo contrario no seria una invasión; pero me pregunte: ¿de donde venían?, ¿por qué lo hacían?, ¿cuál era su macabro propósito (acaso)?; la valentía no es mi fuerte (lo confieso), pero la curiosidad siempre me puede mas, entonces me acerque; su presencia me impacto, de lejos no parecía tan temible, pero de cerca era abominable, su cabeza era de plástico, policarbonato quizás, su cuerpo alto y delgado era de caños negros (comprendían que nuestra ciudad era victima de fuertes inundaciones, quizás ese era el motivo de su prominente altura), su esqueleto era de madera y venia acompañado de dos elementos que no abundan en la Capital del Turismo (cestos de basura), intimidante y silencioso ahí estaba, la gente parecía indiferente con el, entonces rompí el hielo: ¿Qué haces chamigo?, le dije, inmutable él, jamás me respondió, un poco intimidado insistí, ¿no tenes frío así?, en vano esperaba una respuesta, supuse que no entendía el idioma, entonces decidí marcharme, cuando di dos pasos me dijo: ¿vo´ so´ de acá?, comprendí que era de el alto Paraná (como yo), si, le dije; bueno, entonce´ no joda´ con nosotro´; nosotro´ vinimo´ y no´ vamo´ a queda´; impactantes palabras de un ser que con insistencia se devoraba las S; ¿quién los trajo?, le dije a los gritos; somo´ amigo´ del gordo, me dijo; entonces comprendí que alguien había decidido su llegada, alguien macabro, quizás mucho mas dañino que ellos, alguien que jamás pregunta, alguien que solo dicta ordenes para que los esclavos la cumplan, y ellos como buenos esclavos, cumplen con su tarea, asustarnos e indignarnos, ese alguien macabro se esconde atrás de un escalofriante nombre, Dirección Provincial de Arquitectura, padre de los extraños seres que vinieron a dominarnos.


Alejandro VERON

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