Este es un fragmento de una entrevista realizada a Oscar Niemeyer (maestro de la Arquitectura Latinoamericana,actualmente con 102 años) por Folha Online y publicada en el Jornal Vermelho, sobre sus reflexiones sobre Brasilia (ciudad pensada y diseñada por Lucio Costa, Niemeyer y Burle Marx).
La misma es reproducida en portugues para no alterar el mensaje que pretende dar el maestro.
Folha - Brasília foi planejada para ser uma cidade mais igualitária, mas acabou se tornando uma das mais desiguais do Brasil. O sr., como um comunista histórico, fica desapontado quando vê esse tipo de evolução?
Niemeyer - É claro que essa evolução me entristece. Brasília mudou bastante em relação àquele clima de união e solidariedade que reinava em seus tempos originais, quando da construção dos seus primeiros edifícios públicos. Vivíamos naquela época como uma grande família, sem preconceitos e desigualdades. Unia-nos um ambiente de confraternização proveniente de idênticos desconfortos. Uma vez inaugurada Brasília, vieram os homens do dinheiro, e tudo se modificou: a vaidade e o individualismo mais detestáveis se fizeram presentes. Nós mesmos terminamos por voltar, gradativamente, aos hábitos e preconceitos da burguesia que reprovávamos.
Estas lineas de Niemeyer, me produjeron cierta confusión al principio, no entendí si el hablaba de Brasilia o conocía mi Pueblo Querido, supuse que hablaba de Iguazu, entonces cierto aire de tristeza me cubrió por completo.
Niemeyer habla de la desigualdad social, de la vanidad y del individualismo, creo que en cierto punto, si bien no son los únicos tormentos que nos aquejan, son los que podemos trabajar si perseguimos el espíritu de comunidad que no tenemos.
No son necesarias grandes obras, no son necesarias promesas electorales; lo que a mi modesto entender necesitamos es aprender a convivir, decidir y pensar como una comunidad.
La vanidad hace que sea imposible reunirnos por otros intereses que no sean los propios, el individualismo nos hace perder de vista que estamos rodeados de personas y es imposible nuestro día a día sin ellas, la desigualdad social nos hace excluir mas que incluir.
Pobres y mas pobres, gente sin techo, aborígenes mendigando por las calles, una ciudad que crece sin plantificación, violencia y marginalidad, las drogas, la violencia, son todas imagenes casi cotidianas para aquel que camina las calles de Iguazu, con uno de los dos ojos abiertos.
Pero afortunadamente, todavia tengo la esperanza que empezando por luchar contra la desigualdad social, podemos ir eliminado esas imagenes tan tristes y cotidianas.
No creo que sea tan dificil. Puño en alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario