sábado, 17 de diciembre de 2011

REALIDAD O DISPARATE

El nombramiento del Medico Telmo Albrecht (ex titular del Ministerio de Salud Publica de la Provincia, ex Secretario de Acción Social de Puerto Iguazú bajo el gobierno de Filippa) como Secretario de Obras y Servicios Públicos de la Ciudad de Puerto Iguazú, me plantea un interrogante que no me deja dormir, ¿realidad o disparate?

Realidad, es probada la destreza de él Medico Telmo Albrecht como funcionario todo terreno, siendo útil en el puesto que se lo necesite (?), en la gestión que lo necesite.

Disparate, cuando me duele la muela, pienso en el odontólogo, cuando mi mascota está enferma, pienso en el veterinario, cuando las calles de mi barrio están con más baches que en la luna, pienso en el Ingeniero, el Arquitecto o el Maestro Mayor de Obras. Es inmediata la asociación de las profesiones con la función a desempeñar. Aparentemente este razonamiento no se aplica en todos los casos, o por lo menos en nuestra Ciudad. Ingeniero como Director del Hospital Local, suena a disparate, un Medico como Secretario de Obras Publicas suena a: si él puede, yo también; ósea, DISPARATE TOTAL.

Realidad, Puerto Iguazú fue un ensayo de los delirios de la Dirección General de Arquitectura de la Provincia, de el anfiteatro sin accesos diferenciados ni estacionamientos, de las veredas que achican las calles y saturan el tránsito de un parque automotor que crece y crece, de la costanera de alisado de cemento y quien sabe que delirios nos esperan.

Disparate, cuando el gobierno entrante tiene la posibilidad de redimir los errores de la anterior gestión en lo que a Obras Publicas se refiere, opta por desconcertarnos a los ciudadanos (por lo menos a los que no somos obsecuentes al gobierno de turno), designando como cabeza de un Área tan sensible a un Profesional de la Salud.

Realidad, las calles son un desastre, los espacios públicos siguen extinguiéndose, el corralón municipal fue devastado (contando con el silencio de los mismos funcionarios que aun así, conservan sus cargos), frente a estas problemáticas, no se pueden ensayar formulas ocurrentes.

Disparate, esperar que los medios locales disientan sobre este nombramiento peculiar, esperar que el Medico diga (utopía total): señores, lo mío es el hospital, para lo que ustedes me proponen hay Ingenieros, Arquitectos y Maestros Mayor de Obras. Esperar que alguien recapacite y diga: no, en serio, ¿un Medico a Obras Publicas?

Realidad, esperar con los ojos cerrados que todo vaya bien.

Habra una cancion que quizas pueda cantar...

Las voces independientes no llevan patrocinio de ningún tipo, no son las que más se escuchan, por ese motivo. Porque su sonido no tiene precio.

Las voces independientes con frecuencia son silenciadas, porque su ruido, molesta, inquieta, jode y su peso es liviano porque no carga intereses mezquinos.

Las voces independientes no necesitan espacios para ser escuchadas, son cantos de boca en boca, son como el saludo, se propagan de parroquiano en parroquiano.

Las voces independientes no tienen editorial, no tienen filtro, a menudo su sonido despierta malestares y sentimientos encontrados. Pues sus palabras no son acomodadas y su función no es agradar y regocijar a los oyentes, su función es compartir el disenso.

Las voces independientes son codiciadas, por eso son especies en extinción.

Las voces independientes tienen lenguas de fuego quemando susceptibilidades ajenas…

…morir queriendo ser libre, encontrar mi lado salvaje…

MEDIO PAN Y UN LIBRO

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras.

Cuando el insigne escritor ruso Fiodor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!».

Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

“Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz“.

FEDERICO GARCIA LORCA